Renunciando a tu ausencia

Honestamente me jarte, me jarte de extrañarte...

De esperar a que volvieras y conformame mientras tanto con esta miserable existencia. Gastando de a poco los pedazos de mi vida que dejaste... Ya se me agoto el aroma que dejaste en la almohada y el sabor que ti que tenia cada una de las noches que he pasado sin ti. Ya tu ausencia se ha convertido en un cuadrado color gris, estrecho, asfixiante e insipido. Renuncio al cargo de pendeja que me dejaste con tu partida, a los besos humedos y calientes que guarde en mi gaveta de los panties y a la esperanza de un futuro juntos, que ya huele a mocato aunque la guarde en un envase de toperware en el frezzer. Me jarte de estar preguntandome el porqué de tu adios, si te di hasta mi todo y un chin mas y no fue suficiente. Te di mis mejores besos, mis mas profundo gemidos... Me jarte de estar recordando tu piel y ese olor que nos pertenece, la textura de tu pelo, lo profundo de tus ojos, el sabor de tu boca, la fuerza de tus brazos y el confort que me brindaba tu abrazo. Si tan solo no hubieses sido tan bueno en la cama, talvez hoy no te recordara... Quiero devuelta mis dichas y mis mejores besos, mis piernas afeitadas y la sexy ropa interior. Te puedes llevar lo poco que me dejaste, mis ansiedades y mis melancolias, mi temor a la soledad, mi desconfianza y pesimismo, pero sobre todo esta absurda y miserable existencia. Te la puedes llevar. Ya no la quiero