TaXi (Part.I)

Lisandro maneja desde hace dos años un Wolkswagen rojo que le es mas fiel que un perro...

Anoche escuchó una llamana en la radio <Calle 1ra, Edif. MAnuela II, en Los Tre Ojos. Los Tres Ojo. Edificio manuela II>. El venia de hacer un sevicio al aerpuerto y estaba a menos de un minuto y de inmediato tomo el servicio. Eran las 11:45 PM. Sono la bocina al llegar al lugar y espero unos 4 minutos, finalmente salio una mujer, mejor dicho un mujeron rebestida de unos pantalones blancos tan ajustados q poco le dejaron a su imaginacion, iva sin ropa interior su torso lo traia cubierto con un abrigo blanco tambien y mucho antes de subir al carro elpudo notar q tampoco traia brasiers. Era una morena alta y de proporsiones ... llamativas (por asi decirlo). Aunque su rostro no era tan bonito pero tenia un trasero al que pocos se interesarian en ver centimetros mas arriba.

Subio al carro y le dio una direccion como a 45 minutos de distancia, en alameda con lengua entrecortada y mirada algo perdida, mientras sentian que el carro se inundaba de un olor a sexo, vino y perfume.

La observo disimuladamente en las paradas de semaforos deleitandose con lo carnoso que tenia los labios y esos ojos color almendra q por ser tan saltones resultaban algo desconcertantes. Pasados los quince minutos cerro los ojos, quedo dormida y su cuerpo se relajo, Lisandro acomodo el retrovisor y envelesado vio cuando una manga de su abrigo se deslizo de su hombro confirmando su teoria de que no traia nada bajo el abrigo. Su piel brilló con la luz de los postes q entraban por la ventana del carro y su pezon oscuro se asomó entre las telas. Empezo a llover fuertemente. Ella cabezeo par de veces y su cabeza cayo bruscamente y desperto, el miro hacia otro lado mientras ella se arreglaba el abrigo.

Finalmente llegaron al lugar, un residencial de clase alta a las afueras de la ciudad. Le dio la tarifa, ella pago, le deseo buenas noches y la vio alejarse y abrir la verja de la casa no. 11B. Tardo mas de lo regular para abrir el candado de la puerta de su casota y cuando por fin abrio lo jalo bruscamente, resbalo sobre sus zapatillas en la cera mojada y cayo al piso de nalga. Lisandro aun no se habia marchado cuando vio el episodio, freno de golpe y salio disparado a ayudarla.

Seguia aun en el piso algo aturdida por el alcohol y sobandose el tobillo, ella tenia hermosas manos y un anillo de bodas con un brillante. Le miro y dijo gracias y se sujeto de sus hombros mientra el la ayudaba a subir. Conforme se puso de pie Lisandro cerro los ojos unos segundos para disfrutar ese olor, ese perfume fuerte que llevaba y el olor peculiar que subia de su sexo que sintio tambien en sus manos como si lo tuviese entre las uñas. El alcohol le dio en la madre y no consigio dar otro paso, la sujeto con fuerza para q no cayera y por un instante sentio su trasero firme. La acompaño hasta la puerta de la casa. Al llegar a la entrada ella abrio los ojos y saco de su monedero un billete, que supongo era la propina, le dio las gracias nuevamente y entro a tropezones en la casa sujetandose del marco de la puerta. Lisandro cerro el candado y salo de la casa rumbo a tomar otra llamada.

Pasaron 30 minutos y no se escucho nada interesante ya casi eran la 1 de la mañana y decidio ir a casa. En el camino iban pensando imagenes de la morena, en cuatro, bocarriba, moviendo esa piel canela y desprendiendo ese rico olor que aun inundaba el carro.

Cuando llego encontró a su mujer profundamente dormida y acostada descuidadamente bocabajo con una pierna doblada, tenia su bata preferida de tela rosa gastado.

Entro en la cama, la acaricio un poco y ella reacciono levemente, se movio un poco y abrio mas las piernas en señal de aprovacion... en señal de haz lo q tu kieras pero no me despiertes. Para "ACONDICIONAR" el ambiente el mojo tres de sus dedos y los paso por su entrada, y repitio la maniobra un par de veces, le agarro firmemente las caderas y empujo hacia dentro con fuerza imaginando que era la morenaza q me dejaba hacer asi trankilamente y me dejaba jalar su largo pelo y morderle los hombros y lamerle el cuello y partirle hasta el alma del guto.