Una historia nada mas...

Doña Tata vive en una casita modesta de San Miguel, ella sufre de insomnio y despues de la novela de las 10 se sienta en la meseadora a escuchar conversaciones ajenas.

En San Miguel todas las casa son pequeñas, modestas, cercanas y ruidosas. Al lado de Doña Tata vive desde hace como 3 semanas una pareja joven de bajos ingresos. Ellos se mudaron una tarde del un sabado cualkiera y habian pasado ya casi 3 semana y ninguno de los dos se habia molestado en salir a conocer a los vecinos. Pero DoñaTata ya sabe que la mujer se llama Soraya, trabaja de cajera en un banco y Luis, su marido es taxista.

Luis es un indio alto, medio flaco, con veintitantos, trabajador y que adora la comida cacera y el culo de su mujer "Yo con un buen plato de sancocho y un polvo contigo me conformo" se le escucho decir varias veces. Soraya era una morenita, bonita, de buenas nalgas, de caracter suave, fuertes principios, catolica y como la definiria su esposo: "Una mujer integra".

Esa noche Doña Tata empezaba a cabecear cuando escucho que llego Luis. Llego mas alegre y bulloso de lo normal, con una presidente en la mano y tres mas en el estomago. Al parecer llego sin hambre, por lo que Doña Tata escucho Soraya apenas llego a abrir el candado cuando su marido la embistio sobre el comedor, sin darle tiempo a bienvenidas, ni "como te fue" "que tal tu dia". Soraya esa noche no gimio bajito como de costumbre, grito bien fuerte con una mezcla de dolor placentero que hizo que Doña Tata se acalorara y recordara un viejo jerbor ya olvidado entre las piernas.

Despues de terminada la sesion los tres se fueron adormir. Son las 12:30 y Doña Tata reza por el alma de su difunto esposo antes de dormir.